Iniciamos nuevo año y seguro que a tod@s nos sale la iniciativa de crear nuevos propósitos. Como ya sabéis en Nayanda estamos muy concienciados con los sentires de nuestra gran Madre y viendo lo sord@s que estamos a sus llamadas de atención queríamos ayudarla haciendo de altavoz.

Os queremos ofrecer un nuevo propósito para este 2018 que acabamos de inaugurar, ser más conscientes y responsables con el uso del AGUA. Tod@s podemos hacer pequeños cambios en nuestro día a día que nos conecten más con el planeta, que nos ayuden a sentir que de verdad estamos interconectados y que si realizamos un pequeño cambio de hábito genera una gran resonancia.

Duchas más ágiles y conscientes, lavadoras bien aprovechadas, comprar ropa sostenible (aunque todavía no está al alcance de todos los bolsillos, existe esta posibilidad)…estas son ideas fáciles que podéis sumar a vuestras acciones cotidianas.

 

Comparto un fragmento de un libro de una persona que para mi es inspiradora, Ignacio Abella.

LAS 3 LEYES DEL AGUA. De Ignacio Abella

Nuestro cuerpo contiene un 70 por ciento de agua…
El cerebro un 90 por ciento…
Y el interior de nuestro globo ocular un 99 por ciento.
Somos agua que camina, ve y piensa…
Agua que necesita reponerse constantemente para sobrevivir.
Por eso es vital para nosotros, respetar escrupulosamente las LEYES DEL AGUA…

Las tres leyes del agua:

Primera ley:
Austeridad. El agua es un bien escaso.
En un planeta con recursos limitados, el despilfarro de unos supone escasez y miseria para otros, ya sea en ésta o en las siguientes generaciones. El abuso y la contaminación del agua atentan contra el planeta y contra nosotros mismos. Es preciso utilizar este recurso de forma sostenible y respetuosa.

Segunda ley:
Equidad. El agua es un patrimonio común.
De su correcta administración, depende la supervivencia de los ecosistemas y sus habitantes, entre los que se encuentra el hombre. La equidad implica siempre solidaridad.

Tercera y última ley:
Responsabilidad. La pureza del agua es vital para la salud del planeta y de sus habitantes.
Quien contamina el agua, envenena el planeta, se envenena a sí mismo y a sus descendientes.

 

Ojalá tod@s sumemos a nuestro propósitos del año nuevo el de cuidar de nuestra querida AGUA!

Un abrazo presente y agradecido,

Soraya Peramo